Vomitiva acción musical.
(estado disociado)
(estado disociado)
Me sublime o no, desesperaré hasta perder mi razón y entraré antes de abrir la puerta. De todas formas necesité siempre escuchar algunas cosas cuando estaba más triste: los cascos de esas bestias que pisoteaban el polvo de mi vereda y los falsos agujeros que sus balas azules nunca hicieron en las paredes de mi casa.
Nadie sospechó nunca del cáncer mental que corre por mis penas, prefiero ocultar algunas cosas insustanciales de mi vida y aguardar sentado en el sanitario mientras reflexiono sobre mi inconexa sensibilidad.
No puedo dejar de pensar en cosas que no existen, baja mi presión, mientras: pequeñas estrellas de colores desfilan frente a mis ojos. Disfruto al perder el control.
Cada domingo despierto sin saber quién soy y sin piedad me desmiembra despacio, un ejercito de números que no fue nunca contado y sus flechas atraviesan mis ojos, provocándome retardo mental, revelándome el momento indicado para saltar del avión totalmente feliz, no sería un buen instante para olvidar el paracaídas. Tal vez el avión totalmente feliz nunca se estrelle sin mi y mis peligros mentales y siempre aterradores logran, por fin, evaluar mi jornada. Debo no ser severo. Me da asco la automaticidad con la que actúo en mis pesadillas; se asemeja cada vez más a mi vida real. Mis sueños siguen intactos y pierdo el tacto al contacto de tus húmedos y pálidos labios. Gente como tú.
Estoy totalmente disociado y vomito escuchando canciones que re escribo asincrónicamente en el medio de un fucking cassette. Los sábados también pueden ser tristes.
Frívolo momento. Destaco mis ojos oscuros y las melodías que en ellos percibo. Destaco tus ojos, menos oscuros que los míos y la extraña manera en que te columpias al caminar. Yo pedaleo y pedaleo para alcanzar tu estela, pero aún no he conseguido hacer nada.
Me muero de frío.
Jhn.
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