Wednesday, June 13, 2007

(goddamnit)
juraría haber sentido la sangre correr por mi espesa música, mientras la observaba desvestirse frente al espejo. su piel quitaba y casi sin respirar, susurró: “todo está bien”

muy pocas veces logré apreciarla como ese día, era mucha la luz que casi la calcinaba, a ella y a mis incrédulos ojos vagabundos que gritan “woooooooo” cuando se desorbitan, en ocasiones turbias y desalentadoras.

no puedo culparla por todas las cosas que no hizo, tampoco puedo disculparla por echarme al averno, desnudo y sin comida. en sus balas, más allá de perdición, trajo gloria, la misma gloria de sentirte sin refugio y atacado, estrategias estancadas y calzoncillos rotos que dejan enfriar tus segundas opiniones. yo también creí entenderlo todo. estaba todo bien.

sus ojos descosían mi piel buscando mi esencia, para saciar sus deseos de ver. sus manos rastrillaban mi espalda, dejando caer las semillas de un amor envenenado que poco a poco crecería. hasta el infinito cielo. yo no podría morir jamás; mi condena: sufrir del desenlace, inmóvil y aferrado a una idea que flota y se desvanece.

siempre vestía de rojo, porque es un color apasionante, lleno de vida y de dolor. nunca imaginé perderla, no de esa manera, desperté muy tarde del inmovilizante hechizo, gritando, gritando.

se detiene mi respiración, en los aires los pájaros explotan: boom! y los pececillos que andan en el agua, se mueven de manera irregular.
tus besos envenenados interpolan su amplitud terapéutica en mi cerebro y el no poderlos ver venir me hace llenar la tina de agua; entonces pierdo mi tiempo ahogándome, descontrolado, pensando en las cosas que diré si logro sobrevivir a tus efectos, embrujados hechiceros y tambores misteriosos que parecen llorar. el tiempo pasa, aunque las agujas parecen no moverse, siento sus palabras al pedirme perdón por no poder evitar su traicionera naturaleza de ladrón.

es extraordinario pensar que cada sonido que provocas al gemir, tenga el anestésico plus de plásticas imágenes que se derriten al calor y colores melifluos que a veces crees escuchar.

ella tomó mi mano una vez más, cada noche lo hacía, para saciar su soledad, no la mía. me estrujó hasta la gangrena y detono su revólver en mi cara. aún así esperaba que mi rostro no estuviese totalmente desbaratado y regado por toda la habitación, o en el auto... o en la colina, no sé dónde estábamos.

la noche parecía no querer aparecer y yo que tanto la necesitaba comencé a dormir, por mi insulsa ansiedad y esas enfermedades de carácter cardiovascular que me autoataño cuando estoy aburrido. sé que no tiene relación, pero ahora pienso en el dinero y en todas las cosas que no podré comprar, lo siento, se me pierde el papel para escribir y mis manos, que han dejado de sangrar, se deshacen como gotas de mar y el papel separan de la tinta; y la tinta con que pintaba en letras sus historias, se pierde para siempre con las palabras que usurpó.

y allí voy yo, sonriendo y sin tener la más puta idea de dónde estoy. duele mucho, pero todo está bien.
johnnieless

Monday, June 11, 2007

birding... birding


cayendo cada vez más bajo:
y mastico el interior de mi boca, esa piel suave y perforada.
y los fríos pedazos de metal en ella no se parten. mis dientes cada día más amarillos se consumen y se pierden en el tiempo del interior de mi boca. esa piel suave y perforada.

en el espacio contiguo a mi mismo, donde callas por ingenuidad y lavas tus manos para quitar las sucias manchas blancas que te atormentan y no te dejan dormir, está esa silla que mese tu ausencia y mis ganas de atraparte en una botella de vidrio vuelven a ser punzantes. aunque las heridas ya no me hacen sangrar disfruto imaginar que lo hago, y que esas gotas rojas me acarician y recorren mi piel hasta extraviarse. y tu la respiras. aprovechando que se destina, en peregrinación constante, hasta el sol.

sin darme cuenta ahora soy quien cambia monedas por sonrisas, alegrías y demás; pero por más que modifique el color de las nubes cada mañana y me dibuje sentado en autobuses vacíos, me siguen siendo prescindibles aquellos patéticos recursos de mi mente para hacerte aparecer cuando no estás.

y mi boca calla todas estas cosas, porque no hay nadie para escuchar. estoy harto de esa maldita silla que mese tu ausencia, en el espacio contiguo a mi mismo, y de la sangre, y del sol, y de la maldita evaporación que sublima mi improvisados líquidos rojos. mi boca, mis puños y mis ojos no pueden funcionar, pero lo hacen.

qué será de mi?

de mi, jhn.
mi nombre se está desarmando.

p.s. "el verdadero valor del hombre no se mide por las veces que cae, sino por las ocasiones en que se levanta."



Sunday, June 10, 2007

puaj!

receptores de los espacios sentimentales en mi cerebro (modificables):

- familia.
- pareja.
- amigos.
- (amigos).
- “amigos”.
son cosas irremplazables.

me di cuenta de que estaba auto viviendo mal el día que me vi a mi mismo, sentado frente a la computadora y dije: “uuuuy que bueno, encontré un pedacito de jamón en mi muela” (había comido jamón hacía más o menos una hora y media). disfrutar de esas cosas de la vida es clave para darte cuenta de que realmente nunca estuvo contemplado dentro tus, muy probablemente, fallidos planes vivir así. pero bueno, si logras convencer a tu mente de que todo está bien, para seguir experimentando mientras te modificas por dentro y te sacudes hasta el alma: haciendo escurrir tu masa encefálica, nervios, pensamientos, ideas y todas esas cosas... que de hecho son modificables, entonces estará todo bien, para nadie más que para ti, pero bien, sobre todo bien... MIERDA, BIEN!

y cuando estoy drogado, me gusta agacharme y agitar la cabeza para perder más la conciencia, desplomarme y esperar a que no llegue nadie.

me gusta alejarme de vez en cuando. salgo de mi casa, a orillas de un hermoso lago que no tiene peces y está rodeado de majestuosos árboles con frondosas hojas verdes y flores de variados colores que se confunden con las iguanas que tal vez tampoco están allí.

me gusta alejarme de vez en cuando. salgo de mi cabeza para dar una vuelta y busco alguna ventana abierta donde esconderme sin que me vean, traigo ropa oscura para perderme entre las tinieblas, donde no me puedas encontrar, porque simplemente siento empatía por personas como tu. yo dejaré mi ventana abierta, seguiré esperando que entres por allí de una maldita vez y desates tu furia sentimental sobre mi desgastado pecho insípido. se cuidadosa, por lo que más quieras, pero destrúyeme el espíritu con tu aliento, pronuncia mi nombre y hazme sentir vivo.

mis intentos estúpidos por incendiarme quedaron atrás, ahora soy un tipo menos cobarde y siembro espinacas para que se enreden con las fresas, porque siempre se confunden y yo aprieto los dientes, ya que tal vez me ayuda a disimular y creer que tengo todo bajo control, cuando realmente todo me tiene bajo control a mi.

espero no reaccionar pronto, estar confundido me ayuda a digerir todo con más normalidad. los corazones son, a nosotros, intrínsecos. pocos los reconocemos. pocos estamos dispuestos a enviarlos al muere, pocos dependemos de él.