Wednesday, July 2, 2008

Humanos.

Los fantasmas del barrio van murmurando. Algunas estatuas en casa parecen saberlo, se asustan y se dan vuelta para mirar la pared, cuando las calles tiemblan tras los arriesgados pasos, en medio de los taxis y los carteles de improvisación que cuelgan algunos puestos de verduras.

En cuanto a las líneas:
Cuánto es demasiado, cuánto es mucho si te cuesta decir las palabras correctas, quién puede decir cuánto es demasiado. Seis, siete líneas o más, personas tiradas en el piso como si no hubiera nada mejor que hacer, otros caminando por el living de tu casa, de espaldas a las cosas que suceden cuando está vacía.

Las gotas que caen desde el grifo del lavamanos sin poder detenerse, a veces parecen querer decir algo... a veces creo querer escucharlo. Salimos de casa y ellas siguen allí, desprendiéndose muy disimuladamente, como si continuáramos en casa y buscasen llamar nuestra atención. Los papeles esparcidos por todo mi escritorio con números telefónicos de personas extrañas que han ido dejando de existir, hasta convertirse en un simple número de teléfono al que, muy seguramente, nunca llamaré.

Las cosas siguen pasando mientras no estamos y es que para eso fueron inventadas las cosas; las que pasan y las que no también, las gotas de la lluvia cuando hace mucho frío y los paraguas dibujados en los brazos de la gente, en el punto exacto donde los heroinómanos se inyectan, se han vuelto algo común en los descuidados que andan por las calles, perdidos entre los taxis detenidos por lo abrumador de los pasos fantasmales y todos sus murmuros.

Nos “vemos” eventualmente; aunque siempre apaguemos las luces mientras hacemos el amor.


Epistaxis; la clave de la felicidad (liderazgo, carisma, competitividad, y personalidad)

Todo parece estar en silencio, “Stuff you gotta watch” (Muddy Waters); el corazón se te pretende paralizar, desde la punta de tus dedos afilados o desde el lado derecho de tu cerebro en ebullición; desde el vientre cálido de la chica con la que haces el amor o desde el día miércoles 18 de junio, que desde hace un tiempo se ha ido haciendo más corto y parécete desaparecer, como un día perecedero, sin ningún tipo de explicación, perverso, de falso mirar y vestido de novia... sin sentido; igual a como desaparecen las personas, que en tu vida, no han vuelto a aparecer. No es muy creativo morir el día de tu cumpleaños por una sobredosis de estimulación, cuyo máximo porcentaje se encuentra acumulado en tu estómago, que dicho sea de paso, corre el riesgo también de desaparecer; como las personas que desaparecen y los, en menor cantidad, días miércoles 18 de junio de algún lugar. Yo opino que las líneas deberían morir y poder ver personas saltar desde sus balcones.

Hay muchas cosas a las que no le ves sentido, y me parece extremadamente bien, mujeres que intentan electrocutarse, con cables pelados conectados a los enchufes de la pared. Yo por ejemplo, muchas cosas de las que me enseño mi viejo no las he vuelto a recordar.

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