Mudanzas paulatinas.
(prohibido arrodillarse, sin antes morir)
soy un león de terrenos no fangosos; cicatriz de mis pasos, pasos hacia atrás.
Un hombre se debe arrancar la piel, dejarla por allí enganchada en las puntas punzantes de algún alambre; rascarse el alma a quemarropa; deshilachar sus manos, para encontrar su sangre; despegar despacio, sin pedir acción; saciar sus ganas de sentirse amado; amar como animal, como un maldito animal, que defiende amor sin confundirse, con sus dientes y sus mugrientas uñas, sucias de tan sólo amar, incluso en soledad.
Un hombre debe alejarse, debe entretenerse a golpes con la vida, pegando primero, pegando dos veces; hasta morir, sin arrodillarse.
Un hombre debe asfixiar, silenciosamente, a los fantasmas sueltos que van por ahí, hablando mierda, sin identificación.
Yo golpeo a mis problemas, en el lado izquierdo de su estómago, una y mil veces hasta hacerlos llorar; yo golpeo a mis problemas, con un tubo de metal, los aniquilo y me voy sólo por ahí, porque nadie me acompaña, nadie parece esperarme. Algún día me iré descalzo y con nostalgia me diré adiós, me abandonaré frente al televisor, me veré partir a otras tierras, siempre muy lejos de mi. Y seguiré engullendo problemas, saltando hambriento por los campos, llenos de situaciones sangrientas, que corren a baja velocidad, mientras yo lanzo improperios a la ausencia: de tu mirada, y de lo suave que pudiese ser tu piel, si te llego a acariciar.
Un hombre debe flotar siempre, de entre los restos de su cuerpo inerte y sin cabeza, de entre la ausencia de amor, de entre si.
Leones en la calle, cambiando de piel como serpientes, fugándose de la incomunicación, a como de lugar.
.jhn
(prohibido arrodillarse, sin antes morir)
soy un león de terrenos no fangosos; cicatriz de mis pasos, pasos hacia atrás.
Un hombre se debe arrancar la piel, dejarla por allí enganchada en las puntas punzantes de algún alambre; rascarse el alma a quemarropa; deshilachar sus manos, para encontrar su sangre; despegar despacio, sin pedir acción; saciar sus ganas de sentirse amado; amar como animal, como un maldito animal, que defiende amor sin confundirse, con sus dientes y sus mugrientas uñas, sucias de tan sólo amar, incluso en soledad.
Un hombre debe alejarse, debe entretenerse a golpes con la vida, pegando primero, pegando dos veces; hasta morir, sin arrodillarse.
Un hombre debe asfixiar, silenciosamente, a los fantasmas sueltos que van por ahí, hablando mierda, sin identificación.
Yo golpeo a mis problemas, en el lado izquierdo de su estómago, una y mil veces hasta hacerlos llorar; yo golpeo a mis problemas, con un tubo de metal, los aniquilo y me voy sólo por ahí, porque nadie me acompaña, nadie parece esperarme. Algún día me iré descalzo y con nostalgia me diré adiós, me abandonaré frente al televisor, me veré partir a otras tierras, siempre muy lejos de mi. Y seguiré engullendo problemas, saltando hambriento por los campos, llenos de situaciones sangrientas, que corren a baja velocidad, mientras yo lanzo improperios a la ausencia: de tu mirada, y de lo suave que pudiese ser tu piel, si te llego a acariciar.
Un hombre debe flotar siempre, de entre los restos de su cuerpo inerte y sin cabeza, de entre la ausencia de amor, de entre si.
Leones en la calle, cambiando de piel como serpientes, fugándose de la incomunicación, a como de lugar.
.jhn
No comments:
Post a Comment