Friday, August 3, 2007

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el calor cuando no está.

Los soldados de mi habitación van quemando, de a uno a mis mejores amigos. Yo permanezco callado, en la cruz de madera que está en la esquina antes de entrar en el baño de mi casa. En la otra pared hay un cuadro muy pequeño, algo viejo y con el vidrio sucio, dentro, un rostro con aspecto de mariposa o una mariposa con aspecto de rostro, nunca lo supe.

Uno de esos tipos, vestidos de verde, entro a mi habitación, haciéndose pasar por dios, disparó justo en mi frente, antes de yo poderlo ver con mis propios ojos y los de mis amigos, quienes estaban conmigo. Cientos de ellos entraron marchando a mi habitación, miles, millones. Todos mis amigos morían, yo a veces no respiraba, sólo no quería ver. Los tipos de verde se mataban entre sí, mi pequeña habitación apestaba de sus cientos de cuerpos inmóviles, miles, millones.

Me preocupa que mi viejo cuadro se haya manchado de sangre y que mis amigos no estén para ayudarme a reparar los daños.

La noche está casi tan fría como mi habitación y el cielo, que está llorando, no calma el tormento de los cuerpos sin caricias, canciones por doquier, todo rojo, muy rojo.

Abrázate que hace frío y la vida está dura. detesto estas vainas.

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